Crónica en Rosa y Negro |
Ahora que
ya he vuelto a mi humilde trabajo en mi despacho, puedo recordar con más
claridad los terribles hechos acontecidos en la trágica boda de Maximiliano
Götzen-Iturbide en el gran Hotel Four Seasons en ciudad de México. Carmen
Posadas y yo, nunca hubiéramos podido imaginar que siendo enviados para cubrir
una crónica de sociedad, seríamos testigos de la barbarie acontecida. Era todo
tan perfecto: el aperitivo, los invitados tan elegantes, los camareros tan
guapos, la novia pese a ser una plebeya, estaba estupenda con su
vestido “Old Fashion” de Rodarte, su sonrisa blanqueada hacia juego con el
impecable traje de lino JK Guayaberas de Maximiliano. Aún recuerdo con
desagrado el exquisito sabor del último sorbo de la copa del gran vino
tinto Zinfandel a ritmo de la música de los mariachis, y de repente, nuestro
oasis de perfección tántrica fue violado por la presencia de ese ser putrefacto
armado con la escopeta de la ira. En un instante el traje blanco de Maximiliano
quedó convertido en un estropajo moteado de manchas rojas y carne picada. La mágia terminó… en
unos segundos la guardia secreta, la policía, el ejército, los periodistas… y
nosotros "los invitados" sin poder comer nada porque la cocina quedó precintada. ¡Que
horrible! Cuanta hambre provoca un crimen, nunca más volveré a cubrir este tipo
de eventos donde no se respetan las comidas.
Foto y texto: Andres Mauri. darkphotomagazine.blogspot.comModelo: Jaume Serra Viaplana.